Una vez terminada la primera fase del huerto vertical (gracias al trabajo realizado los domingos por varios papás y mamás del centro), tocaba pensar en cómo íbamos a diseñar el huerto y planificar qué cultivos íbamos a plantar.
Una cosa teníamos clara, esta vez, además de hortícolas, íbamos a incluir una parte del huerto a plantas aromáticas, culinarias y medicinales, porque permite realizar otras actividades con los alumnos (saquitos de olor, condimentos, infusiones...). En adelante, nos referiremos a ellas como plantas aromáticas.
Primero había que ver cuántos contenedores de cultivo disponíamos. En total se habían construido 14 recipientes de madera, con palets reciclados (ver anterior entrada del blog), de tres tamaños diferentes:
- 11 contenedores de una sola altura de aprox. 37 cm, destinado a los cultivos de mayor desarrollo vertical. De estos contenedores, 2 son más largos (200 cm) y los otros 9 más cortos, de 120 cm.
- 2 contenedores de tres alturas, con un anchura y altura menor que los anteriores, pero con una longitud de aprox. 200 cm.
- 1 contenedor de dos alturas, de menor tamaño, con aprox. 100 cm de largo.
Una vez medidos los contenedores, calculamos el volumen necesario de sustrato que necesitábamos para llenar los recipientes. Debido a nuestro bajo presupuesto, no teníamos suficiente para completar todos los contenedores, por lo que al final destinamos para la plantación: 7 contenedores de una sola altura (de 120 cm de largo) y los 2 contenedores de tres alturas.
Asimismo, cambiamos de sustrato por uno más económico que venden como “sustrato universal” a base de fibra de coco y turba rubia, que lleva una cantidad pequeña de abono, y que para nuestras plantas aromáticas, es suficiente. En los contenedores destinados a hortícolas, añadimos una cantidad extra de abono orgánico (humus de lombriz) porque son plantas con un requerimiento nutricional mayor.
Tal como hicimos para el diseño de nuestro primer huerto (en enero), fuimos a un vivero cercano del cole para ver los planteles que disponían de temporada. Ahora en marzo, y casi en plena primavera tenían más variedad de planteles, sobre todo de plantas aromáticas que era nuestro segundo objetivo para el huerto vertical.
Nuestro diseño, estuvo condicionado por lo siguiente:
- Disponíamos de tres plantas de calabaza Luffa en maceta: donadas por un papá del cole.
- Dos plantas de fresones en maceta, y dos planteles de menta y dos de hierbabuena: adquiridos hacía unas semanas para el huerto vertical.
A la hora de elegir las plantas a cultivar, seguimos el siguiente criterio:
- Variedad de especies: con el objetivo de aumentar la biodiversidad y favorecer no sólo la protección frente a plagas, sino también atraer animales beneficiosos para nuestro huerto (insectos polinizadores y depredadores).
- Compatibilidad entre plantas: colocamos juntos cultivos que se favorecen en su desarrollo y contribuyen a disminuir la presencia de plagas y enfermedades.
Estuvimos también atentos de no poner juntas plantas que no se toleran.
- Marco de plantación: la distancia entre plantas en el contenedor para su desarrollo, depende del tipo de hortaliza, pero en general entre 10 y 40 cm. Las de mayor porte las colocamos en las esquinas del contenedor para ahorrar espacio. Y los fresones en los márgenes, para poner los frutos hacia fuera y así evitar que se pudran por contacto con el sustrato húmedo.
- Luz: el huerto vertical está orientado al sur y le da el sol prácticamente todo el día, excepto en algunas zonas donde los edificios que componen el cole, proyectan sombra al final del día. Las calabazas las colocamos en los recipientes que reciben más horas de sol.
- Agua: consideramos los cultivos con unas exigencias de riego similares. En el caso de las plantas aromáticas, las distribuimos en dos recipientes separados: uno para las que necesitan menos riego (como el romero, tomillo, lavanda...) y en otro las que necesitan más agua (menta, perejil, manzanilla, hierbabuena...).
- Cultivos con diferente aprovechamiento (raíz, tallo, hoja, flor, fruto, semilla): elegimos distintas especies con el objetivo de que los alumnos vean qué parte de la hortaliza se come, como la raíz de la zanahoria, las hojas de la lechuga, el bulbo (tallo subterráneo) de la cebolla... Y en el caso de las plantas aromáticas, dependiendo de su uso, podremos recolectar las hojas, flores y semillas para infusiones, esencias, condimentos.
Una vez previsto todo esto, únicamente nos faltaba empezar a plantar...
Una vez previsto todo esto, únicamente nos faltaba empezar a plantar...
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