Tercero: por fin, (tras)plantamos!!!
A la hora de ver dónde poner cada cultivo en el contenedor, se consideró colocar las plantas que van a ser más altas, al norte, para evitar que proyecten sombra sobre los cultivos más bajos. Y las de mayor porte, en los laterales y esquinas del contenedor para ahorrar espacio.
Los fresones también se pusieron en los márgenes para cuando crezcan los frutos, poder ponerlos hacia fuera y no toquen el sustrato húmedo. En el caso de las lechugas, espinacas y cebollas, se colocaron a tresbolillo (cada planta está situada en el vértice de un triángulo equilátero), para aprovechar mejor el espacio y poner más plantas.
En este día, vimos también dos tipos de plantación: a través de los planteles y los bulbos de las cebollas (reproducción vegetal). Más adelante se hará una siembra directa de zanahorias y rabanitos, con semillas ecológicas. El objetivo es que los niños vean también las diferentes posibilidades de obtener plantas.
Para saber dónde se iban a trasplantar los planteles, se colocaron sobre el sustrato tapones de plástico para indicar su localización y encima el plantel. Todo esto resultó más fácil y ameno.
Una vez terminamos el trasplante, etiquetamos las plantas y las regamos. Como no teníamos suficientes regaderas, improvisamos reutilizando botellas a las que les hicimos agujeros en el tapón para que saliera el agua.
Después, pusimos botellas de plástico, abiertas por arriba, para proteger a las plantas de los pájaros, al mismo tiempo que hace de efecto invernadero, aumentando la temperatura y humedad.
Lo más importante del trasplante es que nos divertimos, a la vez que aprendimos.
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