dimecres, 10 de juny del 2015

El final, los principios


Todas aquellas personas que forman parte de la comunidad escolar, bien como alumn@s, maestr@s y personal no docente, o familias, saben que existen muchas formas de medir el tiempo. Además de en días, meses o años, el tiempo se mide en cursos. Y es por esto que, pese a estar en mitad del año, el mes de junio nos transmite la sensación del fin. Para cualquiera de las partes, este mes se afronta con inquietud. Para l@s alumn@s, haciendo acopio de fuerzas para alcanzar las metas que se propusieron al principio del curso. Para l@s maestr@s y demás personal del centro, haciendo esfuerzos extra por acompañarlos tan lejos como sea posible. Para las familias, con la incertidumbre de saber cómo les va a l@s nuestr@s a medida que se adentran en ese proceso imparable de independencia que iniciaron al nacer.

Después de esto, a los centros llega el silencio del verano. Para todos nosotros, un poco de tiempo para leer, pasear, ir a la playa, comer helados y pensar, si nos sobra algún rato, en lo que hemos dejado atrás, y en lo que está por venir.

Y, en este ajetreo de cerrar proyectos andan prácticamente todos los colegios conocidos cuando, en el Jaume I, se pone en marcha un espacio nuevo: el Huerto Escolar.

El Huerto del Jaume I es, hoy, una idea que apenas está empezando a tomar cuerpo. Será tanto, o tan poco, como la comunidad escolar quiera. Albergará tantas ideas como se desee, y requerirá de tantas manos como se ofrezcan. Recursos, ideas, tiempo, experiencia, fondos, material, trabajo,…, unas palabras de aliento. Todo es importante y todo es necesario. Solo hace falta dar un paso.

Así pues, solo cabe desear a toda la comunidad escolar, ánimo, para decir adiós al tiempo que se acaba y, valor, para mirar con optimismo y curiosidad todo aquello que nos rodea y que apenas está empezando.

Se pone en marcha el Huerto del Jaume. Bienvenidos.

 
“Hace falta una tribu para educar a un niño”, proverbio africano.


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