Después
de unos meses con temporal de lluvias y viento, por fin pudimos
organizarnos para volver a plantar nuestro huerto vertical, situado
en el patio de primaria.
Las
jardineras estaban llenas de hojas, habían salido otras plantas y
les faltaba sustrato (“tierra para las macetas”).
Para
poner a punto el huerto de primaria teníamos dos tareas a realizar:
1-
Preparar la “tierra” para las nuevas plantas: después de varios
meses de cultivo, los nutrientes se agotan y el volumen de “tierra”
disminuye, porque se compacta y se elimina junto con la recogida de
las plantas.
2-
Trasplante y siembra de los nuevos cultivos de invierno.
Para
ello,organizamos a los grupos de 3º a 6º de primaria en dos
sesiones. El lunes 30 de enero, fueron los alumnos de primaria (línea
castellano), los encargados de preparar la “tierra”. Antes de
empezar, se les explicó en qué consistía cada tarea.
Además,
se hicieron carteles donde se indicaba los pasos a seguir.
Cada
grupo lo dividimos en dos filas: una fila se encargaba de eliminar
hojas y plantas que habían surgido.
Luego,
con azadilla en mano, removían la “tierra” para airearla y
hacerla más suelta, con el objeto de facilitar el camino a las
raíces de las nuevas plantas.
Otro
grupo, tenía que preparar la nueva “tierra” para reponer la que
faltaba. Volvimos a utilizar para la mezcla “fibra de coco”,
porque retiene muy bien la humedad y pesa poco, y abono orgánico
(compost de caballo), que incorpora de forma natural los nutrientes
que necesitan las plantas para crecer.
Para
las proporciones utilizamos una jarra, que los alumnos/as llenaban de
fibra de coco y de compost, y las vertían en unos capazos.
Mientras,
otros/as lo mezclaban con las manos.
No
les importaba mancharse las manos.
Cuando
ya tenían suficiente cantidad de mezcla, lo vertían en las
jardineras, donde estaban sus compañeros/as esperando para removerlo
todo.
Una
vez ya estaban llenos los recipientes, otros alumnos/as lo regaban
para humedecerlo y asentarlo. Volvimos a emplear para el riego,
botellas de plástico reutilizadas, a las que hicimos agujeros con un
punzón al tapón, para que el agua saliera en forma de lluvia.
Ahora
ya estaba todo preparado para plantar los nuevos cultivos.
La
siguiente sesión de trabajo se hizo dos días después, y esta vez
bajaron al patio los alumnos de 3º a 6º de primaria (línea
valenciano). Encima de las jardineras se colgaron carteles con la
distribución espacial de los cultivos. Esta vez fueron los propios
alumnos los que decidieron lo que querían plantar.
Tal
como se hizo el curso pasado, y con el objetivo de desarrollar el
trabajo en equipo, se hizo para el trasplante, grupos de 3
alumnos/as, donde uno hacía el agujero con las manos, su compañero
colocaba el plantel y cubría de “tierra” las raíces, y el otro
regaba para asentar la planta en su nueva ubicación.
Además
de trasplantar planteles, también realizaron la siembra de habas,
zanahorias, rabanitos y bulbos de chalota.
Después
pusimos botellas de plástico abiertas por arriba para los planteles,
y en forma de túnel, para las siembras, con la idea de mantener la
humedad y temperatura, como si fuera un invernadero, y protegerlas de
los pájaros.
En
estos dos días de trabajo en el huerto de primaria, vinieron a
ayudar mamás y papás del centro, implicándose en las mismas tareas
que los alumnos/as.
Gracias
a la colaboración de toda la comunidad educativa (maestros,
conserje, padres, madres, abuelos/as...) esto es posible, porque una
cosa está clara, el que siembra recoge, y nosotros recogemos la
ilusión y la alegría de los niños/as después de ir a su huerto
escolar.
Nos lo pasamos genial. Els alumnes gaudiren de l'experiència... i els mestr@s també. L'alumnat està desitjant "embrutar-se" les mans amb la terra i amb el compost. Es una tasca molt especial per a ells, els fa estar en contacte amb la seua infantessa. Gràcies per fer-nos gaudir.
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